
Entre sus calles sobrepobladas, el asfalto, el tránsito vehicular de sus principales vialidades, el espíritu urbano y arquitectónico, la Ciudad de México esconde rincones dedicados a las prácticas rurales y su principal cultivo es el de las flores.
La agricultura es una actividad importante para todas las sociedades. De la tierra se obtienen alimentos, medicamentos y ropa. Todo comienza en las manos de los productores nacionales. En ocasiones el fruto o vegetal llega directamente a nuestras mesas, en otras pasa por empresas o fábricas que transforman en medicamentos, ropa o inclusive en aparatos tecnológicos aquello que comenzó en el campo.
México es un país fundado en sus tierras. El campo, hoy olvidado, cimentó un país emergente tras la independencia y redignificó la posición de México en el mundo después de la Revolución. Pese a que la ciudad ha crecido, en el DF esta práctica antigua se niega a desaparecer del todo.

De las 32 entidades federativas, el DF es el principal productor nacional de los siguientes cultivos según el censo agropecuario del INEGI: flores, geranios, rosas, romeritos y nopales. Además, tiene el segundo lugar en producción de árboles de navidad y tercero de nochebuena. Los consumidores de flores de ornato y forestales navideños de toda la república le dan al DF una importante posición en las épocas decembrinas.
También se produce avena forrajera, maíz azul, amarillo y blanco, ebo (una leguminosa cuyo principal uso es rehabilitar la tierra de cultivo), árboles frutales, productos de invernadero. Incluso existe agricultura a pequeña escala en azoteas verdes o traspatios, para la cual la Sedema otorga a los propietarios un incentivo que consiste en un descuento de 10% en el impuesto predial.
En DF, de acuerdo al Atlas de Uso de Suelo de la Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural y Sustentable, todas las delegaciones tienen actividad agrícola. Del total de la superficie del DF (1,495 km2), en 30,785.28 ha se realizan actividades rurales agrícolas.
La producción en la capital puede dividirse en tres distintas categorías según el área urbana en la que se realiza, de acuerdo a la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO por sus siglas en inglés):
Periurbana que corresponde a las delegaciones de altitud media y alta como Xochimilco, Tlalpan, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa de Morelos. En estas delegaciones existen parcelas de entre 1 y 3 ha y se cultivan maíz, amaranto, nopal, avena, chícharo, ebo, hortalizas y árboles frutales.

La agricultura suburbana se desarrolla en las partes bajas de las delegaciones Xochimilco y Tláhuac. Se caracteriza por requerir de espacios más controlados como chinampas, tablas e invernaderos. Por lo general emplean sistemas de aguas de riego tratadas para la producción de hortalizas, maíz y plantas ornamentales.
Finalmente se encuentra la producción a pequeña escala, conocida también como agricultura urbana, que emplea diversos sistemas para autoconsumo o venta a pequeña escala y se caracteriza porque por lo general no emplea pesticidas ni aditivos con métodos como la hidroponía y la agricultura de traspatio.

En cuanto a los sistemas desarrollados específicamente para la producción de alimentos orgánicos en espacios reducidos controlados, el Gobierno de la Ciudad de México ha impulsado un proyecto que pretende promover la creación de este tipo de espacios en unidades habitacionales y casas de particulares con la finalidad de mantener un equilibrio ecológico en el territorio capitalino.
Este proyecto ayuda además a los interesados a generar sus propios alimentos libres de los aditivos y otros químicos utilizados comúnmente en la industria, los que han sido muy criticados por sus posibles efectos secundarios.
La agricultura urbana comprende también la implementación de azoteas y muros verdes, además de huertos que se pueden realizar con presupuestos bajos.
Azoteas y muros verdes
Los edificios públicos deben contar con áreas verdes según la Norma Mexicana de Construcción. Dada la falta de espacios, surgen los proyectos de azoteas y muros verdes, que además sirven como elementos estéticos en las fachadas, ayudan a la producción de oxígeno y reducen la temperatura de las construcciones creando un clima agradable.
Existen muchas constructoras que se enfocan en la elaboración de estos espacios ecológicamente amigables. Además, cualquier persona puede crear sus propias azoteas y muros verdes con la implementación de anaqueles de madera o materiales más resistentes inclusive con acabados de mármol según su presupuesto.
Huertos urbanos
Comprenden instalaciones modulares en espacios reducidos que funcionan como hortalizas generalmente para el consumo personal.
La mayor parte de ellas funciona con la técnica de la hidroponía y permite la cosecha de diversos productos principalmente vegetales como jitomate, lechuga, hierbas de olor, fresa, pepino y chile, entre otros.
Producción de maceta
Algunos productos agrícolas pueden ser desarrollados en espacios más pequeños, como macetas, lo que resulta ideal para espacios de vivienda pequeños o sin azotea. Hierbas de olor, plantas medicinales, sazonadores y frutos del bosque, como las fresas, pueden crecer en espacios reducidos sin mayores problema, por lo que se muestran también como opciones para aquellos entusiastas de la ecología y lo orgánico que carecen tanto de recursos como de tiempo y espacio.

La creación de proyectos agrícolas genera conciencia ecológica en sus dueños, mejora sustancialmente la alimentación y economía de sus consumidores y previene los efectos perjudiciales de los pesticidas comerciales a costos considerablemente bajos, dependiendo del tipo de proyecto que se deseé adoptar con esta nueva forma de vida impulsada en la capital del país.
Si estás interesado en conocer más, puedes pedir información a la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad (Sederec), asistir a cursos de fin de semana impartidos por universidades públicas y delegaciones o de proyectos privados como el Huerto Romita, que diseña espacios ecológicos de producción a la medida para aquellos que quieren formar parte de la creación de una ciudad más verde.
